domingo, 28 de marzo de 2010

PRIMAVERA



Ya es primavera otra vez, y como suelo hacer cada seis meses , coincidiendo con el cambio de estación, toca cambiar la ropa de los armarios.
Guardaré todos los jerseis de lana que me han protegido del frío durante el invierno, para dejar paso a las camisetas de tirantes y amplios escotes que me permitan disfrutar del calor.Las botas y los pantalones de pana dejaran su puesto a las sandalias y los trajes de baño, cambiaré bufandas y guantes por anchos cinturones y pañuelos de seda.
Expuesto asi parece fácil e incluso divertido,¡ pues , no , lo ,es!
Primero hay que bajar todas las cajas del altillo con la ropa de la temporada pasada, sacarla, probarla y elegir lo que va a servir este verano, plancharlo, acomodarlo en el armario del cual ya hemos retirado todo lo de invierno para colocarlo en las mismas cajas que volveremos a subir al altillo.
Al subir la última caja veo en el fondo una bolsa de color "fosforito".Vuelvo a bajarlo todo para llegar hasta ella.
Una vez abajo, entre mis manos, sin atreverme a abrirla, aún sabiendo pero sin querer saber, me dejo envolver por la suave y ya casi inexistente fragancia que desprende aquella bolsa, me ausento del presente y asi consigo abrirla.Desplego una bata de color fucsia y me envuelvo en ella, en su calor, en su aroma, en todo lo vivido junto a ella, aquellas tardes de invierno al calor de la estufa recostada en tu regazo, escuchando tus cuentos con devoción y despreocupación absoluta de todo lo demás.
Tan solo "tu y yo" por un instante.
Luego volveré a doblar la bata, para dejarla nuevamente en el fondo del altillo y asi volver a encontrarme con ella cada seis meses

domingo, 14 de marzo de 2010

DULCE DESPERTAR



Todavía duermo y te siento llegar. Te acercas muy poco a poco para no despertarme, me observas fijamente, sin parpadear tan siquiera, después de un largo rato sin encontrar respuesta y tras recorrer todo mi cuerpo con tu mirada, algo decepcionado, te marchas.
Pero no tardas mucho en volver a intentarlo, esta vez estas tan cerca de mí que puedo sentir tu felicidad, en tu manera especial de respirar y ya no me puedo resistir.
Empiezas con una caricia detrás de otra, sin cansarte, sin descanso, hasta encontrar una respuesta, y esta claro que la encuentras, ya que es imposible negar una caricia a alguien que pone tanto empeño, ganas y paciencia, tan solo esperando ser correspondido por este mismo cariño.
Aunque ese alguien sea mi gato