Vuelve a mi mente como un acto reflejo. Vuelven tus manos, tu voz, tu olor, tu presencia....
Me vuelve a sorprender cada vez que me pasa.
Es el momento de coger la carne, ponerla en el plato empezar a chafarla , añadir el huevo, el ajo, el pan rallado y empezar a sentir el olor tan peculiar que ...me vuelve a transportar y vuelves a estar conmigo mientras le doy forma a esa pelota del caldo que tu me enseñaste a hacer...Además siento como cada vez me sale mejor el juego de manos al darle vueltas en el plato para que acabe cogiendo esa forma en la que tu me decías;
_Así, así esta perfecta!
Y ahí la tiro en la olla ...pero aun sigues conmigo para darle tu toque personal.
Cojo el cucharón y añado un poco de caldo en el plato para recoger así la carne que ha quedado pegada con la harina y lo devuelvo todo al caldo, porque como tu decías:
-Aixo fara que el caldo quedi mes blanc.
Y aquí acaba hoy mi ratito de cocina y de nostalgia junto a ti.
Te quiero!